Tomada de la edición impresa del 10 de septiembre del 2009,
Ellas son las más afectadas por la violencia intrafamiliar, pero solo el 4% acude ante la justicia.
Un ejemplo de ese miedo es Sarita Paucar, quien vive en Guayaquil desde que contrajo matrimonio hace 20 años. Para ella “todo iba bien”, pues ambos trabajaban y resolvían problemas juntos.
Eso cambió hace tres años, cuando Nelson, su conviviente, empezó a beber y a agredirla. Esta semana, por primera vez, Paucar se animó a frenar la situación.
Al principio no quiso poner la denuncia porque su madre le decía que “una mujer debe saber soportar al marido, porque para eso se casa una”, así es que las agresiones siguieron. Ahora, que optó por el camino legal, la mujer indígena tiene miedo de su decisión, pero dice que es la única manera de que su marido recapacite.
Villamar opina que el pensamiento de las féminas de la etnia hace que se conviertan en presa fácil de la violencia, pues prefieren “mantener unida a la familia” a costa de su integridad.
428.162 mujeres indígenas viven en el Ecuador y pertenecen a los distintos pueblos y nacionalidades
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